A veces es bueno sentir la fuerza del enemigo. Dejar que te dé un buen madrazo para saber que estás vivo, que posees alguna energía que puedes usar para dar batalla o para retirarte tras haber medido tus fuerzas. Si lo haces con consciencia de tus actos no perderás dignidad de modo alguno. Es tu decisión, siempre lo ha sido.
19.12.07
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